Agua y sostenibilidad

INTRODUCCIÓN

Los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de las Naciones Unidas y el acuerdo de París de 2.015 apuntan hacia un compromiso de actuar sobre la escasez de agua y la sequía, y para ello es necesario hacer un uso sostenible del agua en el siglo XXI, con la finalidad de dejar a las generaciones futuras las masas de agua, al menos, como nos las encontramos nosotros al llegar aquí.

Uso sostenible del agua en el siglo XXI

En España tenemos masas de agua altamente heridas, según se ha demostrado en los distintos Planes Hidrológicos de las diferentes Demarcaciones Hidrográficas. De manera que los acuíferos subterráneos se siguen explotando a un ritmo insostenible y una parte importante de ellos se encuentran sobreexplotados. Por ejemplo, la sobreexplotación de acuíferos es la causa de la desaparición de la mitad de los manantiales de la Región de Murcia, tal y como se documenta en el libro “Fuentes y manantiales de la Cuenca del Segura” coordinado por el investigador Francisco López Bermúdez de la Universidad de Murcia y publicado por la Fundación Instituto Euromediterráneo del Agua.

Para hacer un uso sostenible de agua se precisa de cooperación entre las regiones y entre los diferentes sectores y grupos de interés (energía, agricultura, ciudades, industria,…), con la finalidad de abordar los retos relacionados con el agua y aportar soluciones a esta problemática. Y también hay que descender al nivel de ciudadano, que es el que aportará soluciones cotidianas a los problemas cotidianos derivados del uso del agua.

Algunas medidas para favorecer el uso sostenible del agua en el siglo que nos ha tocado vivir pasan por incentivar la buena gestión y las buenas prácticas para el ahorro de agua, realizar labores de divulgación y concienciación para un uso sostenible del recurso agua, aplicar mecanismos de financiación para la innovación en nuevas tecnologías, etc. Teniendo en consideración la reutilización del agua, la captación del agua de lluvia, la reducción de la evaporación, la desalinización del agua de mar, la recarga de acuíferos y el control de la contaminación difusa.

SITUACIÓN DEL AGUA A ESCALA MUNDIAL

El agua escasea en numerosas regiones del planeta lo cual genera el sufrimiento e incluso la muerte de muchísimas personas. Todavía existen conflictos para controlar el agua en algunos lugares del mundo.

La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) prevé que habrá que incrementar la productividad agraria en más de un 70% antes del año 2.050 para alimentar a 9.000 millones de personas. Para este horizonte de 2.050 la demanda del agua podría llegar a superar en más de un 40% los recursos hídricos disponibles.

Gráfico evolución población mundial

Gráfico 1. Evolución de la población mundial.

Según el Director para Europa del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) Guillermo Fernández de Soto, en la actualidad, la escasez de agua afecta a más del 40 % de la población mundial, y afectará al 66 % para 2.050.

Existen 34 millones de personas en América Latina que no tienen agua potable y 100 millones de personas que no tienen alcantarillado.

Actualmente, y a pesar de los avances científicos y tecnológicos, en el mundo más de 800 millones de personas no tienen acceso al agua potable y pasan hambre de forma crónica. En contrapartida 1.400 millones de personas sufrimos sobrepeso. Y más de 2.500 millones de personas no disponen de saneamiento adecuado (letrinas apropiadas, alcantarillado,…).

El 85% de las enfermedades del tercer mundo se deben a la mala calidad del agua. La crisis mundial del agua provoca 2 millones de muertes infantiles al año (diarreas).

Cada año mueren millones de animales y se pierde el 25% de la superficie agrícola sembrada por efecto de las sequías y las inundaciones.

Según Naciones Unidas más del 15% de la población mundial vive en zonas donde la disponibilidad de los recursos hídricos depende del deshielo de las capas de nieve efímeras o de los glaciares perennes.

ALGUNAS DIRECTRICES Y OPINIONES

En la Carta Europea del Agua (Estrasburgo, 1968) ya se manifestaba una preocupación por gestionar de manera eficiente el recurso agua, tanto en cantidad, como en calidad.

La Directiva 2000/60/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 23 de octubre de 2000 (Directiva Marco del Agua, DMA), establece un marco comunitario de actuación en el ámbito de la política de aguas. Se trata de un marco para la gestión ecológica, pero no un marco jurídico, económico, etc. Sin embargo la gestión del agua hay que abordarla de forma integral.

La Comisión Europea lanzó el día 15 de noviembre de 2012 el Water Blueprint, un plan de acción para proteger los recursos de agua de Europa, una estrategia para garantizar agua de buena calidad en cantidades suficientes para satisfacer las necesidades de las personas, la economía y el medio ambiente. Una especie de adaptación de la DMA al caso de España, reorientando la política europea en materia hídrica hacia la escasez de recursos, las sequías, las inundaciones, el cambio climático, la eficiencia en las empresas, el gasto público, etc.

La comunicación “Blueprint” propone actuaciones y recomendaciones para mejorar la eficiencia del consumo de agua en el regadío, para reducir las pérdidas en las redes de distribución, para promover infraestructuras verdes (reforestación, vegetación de ribera en los ríos,…) y medidas naturales de retención que minimicen los impactos de las sequías e inundaciones, etc.

El problema del agua no es tanto de disponibilidad como de mala gestión o mala gobernanza, según Ramón Llamas, profesor emérito del departamento de Geodinámica de la Universidad Complutense de Madrid. Por lo tanto, el principal problema con los recursos hídricos reside en su gestión.

Según Gonzalo Delacámara, Director Académico del Foro de la Economía del Agua, en España se echa en falta un conjunto de principios de regulación a nivel estatal, ya que el modelo de gestión del agua en España es un modelo fragmentado, en el que existen más de ocho mil municipios y dos mil quinientos operadores. Además, en España, se pretenden privatizar empresas públicas que funcionan bien como públicas y “remunicipalizar” empresas privadas que funcionan bien como privadas.

PERSONAS QUE APUESTAN POR UN USO SOSTENIBLE DEL AGUA

En la actualidad algunas personas comprometidas encaran los problemas sociales y ecológicos con soluciones innovadoras. En el plano internacional la organización sin ánimo de lucro Ashoka ha apoyado a más de 2500 personas para la realización y desarrollo de sus ideas.

Algunos ejemplos de emprendedores sociales en el sector del agua son:

1) El keniata David Krua con sus “Iko toilets” retretes y duchas públicos que se refinancian mediante derechos de utilización.

2) La ecuatoriana Marta Echavarría que financia la protección del agua mediante contribuciones voluntarias de los que la contaminan.

3) El indio Laxman Singh que mediante un sistema de recogida de agua de lluvia basado en antiguas tradiciones ha hecho posible un nuevo florecimiento en su árida tierra natal.

4) El eslovaco Michal Kravcik que junto con sus colaboradores presentaron una propuesta alternativa a la construcción de una gran presa, como una idea nueva, y que más tarde fue promovida por Ashoka, mediante proyectos descentralizados de renaturización y de amplia reforestación, para retener el agua de la escorrentía superficial de la lluvia, aplicando el saber tradicional de las personas del lugar.

5) El suizo Roberto Epple fundador de la Red de Ríos Europeos (European Rivers Network, ERN) y que propuso medidas alternativas para la protección contra las inundaciones a través del fomento de planicies aluviales. Epple está convencido de que quien se baña en el río adquiere una nueva percepción del río y aprende a valorarlo. A Epple no le interesa comprometer públicamente a los que atentan contra el medio ambiente, sino comprometerse junto con ellos por la protección del agua.

GESTIÓN SOSTENIBLE DEL AGUA

Una gestión sostenible del agua implica atender las demandas de agua y también proteger las aguas superficiales y subterráneas para que alcancen un buen estado de calidad. Para ello, es preciso cambiar el modelo de gestión de forma que fomente el ahorro y la eficiencia del uso buscando fuentes alternativas de agua como la reutilización de las aguas.

¿Por qué la reutilización del agua no acaba de implantarse en la vida cotidiana? Tal vez porque existe desconocimiento de la población hacia la reutilización lo que no favorece la aceptación social, tal vez por falta de infraestructuras que faciliten la reutilización urbana, domiciliaria, etc.

Si las inversiones en infraestructuras de reutilización se hacen cada vez más rentables y los precios de obtención del metro cúbico de agua regenerada disminuyen, puede ser una solución muy interesante para el futuro.

Actualmente, en España existe legislación sobre la reutilización del agua que define la calidad que debe tener el agua regenerada y los usos a que se puede destinar. En concreto un Real Decreto que establece el régimen jurídico de la reutilización de las aguas depuradas de 2007 y una Guía del Ministerio de 2010.

El beneficio más importante derivado de la reutilización de las aguas es la posibilidad de reservar el agua de mejor calidad para los usos más exigentes tales como la producción de agua potable.

¿Dónde se puede emplear el agua reutilizada? En forma de caudales ecológicos en los ríos, en las zonas de humedales, etc. En el riego de cultivos y jardines, en la limpieza y baldeo de calles, en fuentes ornamentales, en cisternas de aparatos sanitarios, etc.

La captación y el aprovechamiento del agua de lluvia representan una opción real para abastecer con agua de calidad y de manera constante, viable y económica a las personas, especialmente en aquellas regiones donde las fuentes de aguas superficiales y subterráneas se encuentran sobreexplotadas o contaminadas.

Para ello hay que captar el agua, almacenarla y aplicarle los tratamientos necesarios de potabilización y purificación.

Las tecnologías de captación permiten disponer de agua para uso doméstico, para la agricultura, para recargar acuíferos, para el control de incendios, etc. También pueden ayudar a reducir los efectos de la desertificación y del cambio climático. Y también a reducir la tensión hídrica generada por la escasez y aumentar la producción de alimentos.

¿Qué hace falta para apostar por proyectos de captación de agua de lluvia? Voluntad política, participación de la comunidad, asistencia técnica y financiación.

La desalación del agua de mar permite incrementar los recursos hídricos disponibles y mejorar la calidad de las aguas. En España es un complemento para combatir la escasez de agua en la vertiente mediterránea. En el caso de las islas Canarias y Baleares es fundamental. También en Ceuta y Melilla.

La optimización de los costes energéticos es prioritaria para hacer la desalación cada vez más rentable. Se están produciendo avances importantes ya que se ha conseguido pasar de 5 a 3 Kwh para desalar 1 m3 de agua en las nuevas desaladoras.

El aumento de la población urbana, los hábitos de consumo, los efectos del cambio climático (sequías e inundaciones) etc. repercuten en la disponibilidad de agua en las ciudades.

El concepto de ciudad inteligente (smart city) trata de una evolución en los modelos de gestión de las ciudades para tener presente en el día a día el desarrollo sostenible y la gestión eficiente de los recursos.

El objetivo es aplicar una visión holística para garantizar el acceso al agua potable y a los servicios de saneamiento, para proteger a los entornos urbanos frente a las inundaciones y para conservar el medio ambiente.

Haciendo uso de la tecnología más avanzada se optimizan los procesos de la gestión integral del agua logrando:

– La disminución del consumo de agua mediante la mejora de las redes de distribución, la reutilización del agua, la detección de averías, fugas, fraudes, control del riego óptimo en parques y jardines, etc.

– La reducción del consumo energético en los procesos de depuración, potabilización, desalación, etc.

– La mejora de la calidad de las aguas vertidas mediante sistemas de control de contaminantes en redes de saneamiento, depósitos de tormentas, etc.

– Una mayor concienciación y participación del ciudadano, convirtiéndole en actor clave.

Buena parte del agua se pierde por el mal estado de las redes de abastecimiento de agua potable. Según Patricia Ramírez del Comité Regional de Recursos Hídricos (CRRH) y Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) en Centroamérica se desperdicia más del 60% del agua potable.

Los reventones de tuberías de abastecimiento están a la orden del día en determinados puntos de las ciudades españolas. De hecho, el envejecimiento de las infraestructuras del agua se está analizando últimamente en jornadas técnicas, en las que se muestra la importancia de dotar de mayor transparencia a los impuestos y cánones que gravan el suministro de agua doméstica, industrial y comercial.

Haciendo uso de un sistema de detección temprana de fugas de agua, la ciudad de Teruel ha ahorrado 33 millones de litros de agua gracias a dicha detección de fugas.

Y el grupo malagueño Aganova ya vende un sistema innovador para detectar fugas de agua; dicho sistema recibe el nombre de Nautilus.