La sequía y la no gestión del agua

Balsa de riego en la Región de Murcia

Balsa de riego en la Región de Murcia (julio de 2.017)

Situación actual

Algunos medios de comunicación tildan el presente año hidrológico como el año más seco de la década. En los últimos 12 meses la reserva hidráulica española ha descendido en un volumen de agua equivalente al de la cuenca del Ebro (7.511 hm3 de capacidad) o del Guadalquivir (8.131 hm3 de capacidad).

Durante el presente año hidrológico 2.016/2.017, a escala nacional, el valor de la precipitación acumulada desde el 1 de octubre hasta el 1 de mayo ha sido aproximadamente un 13% inferior al valor medio correspondiente a dicho periodo.

A fecha 1 de mayo de 2.017, la reserva hidráulica peninsular se situaba en un 56 % de su capacidad, porcentaje inferior a la media de los últimos 5 años (74 %) y a la de los últimos diez años (70 %).

Y a fecha 24 de julio de 2.017 la reserva de agua en España está en el 45 %, claramente inferior a la media de los últimos cinco años (65 %) y diez años (62 %), según datos del MAPAMA. Desde 1.995 no se había llegado al verano con tan poca disponibilidad de agua.

Estado de la sequía peninsular a 30 de junio de 2.017

Estado de la sequía peninsular a 30 de junio de 2.017. Fuente MAPAMA.

El embalse de Buendía, el cuarto mayor de España, entre las provincias de Guadalajara y Cuenca, del río Guadiela, afluente del Tajo, está al 12% de su capacidad, el embalse de Torre del Águila, en Sevilla, en la cuenca del Guadalquivir, está al 2% y el embalse de Contreras, en Cuenca, el segundo de mayor tamaño de la cuenca del Júcar (después del embalse de Alarcón), está al 16%, según el boletín hidrológico semanal elaborado por el MAPAMA.

Atendiendo a los sistemas de indicadores hidrológicos, que sirven de referencia a los organismos de cuenca para la declaración formal de situaciones de alerta y eventual sequía, persiste la situación de sequía declarada en los ámbitos territoriales de las Demarcaciones Hidrográficas del Segura, del Júcar y de la cabecera del Tajo y ha comenzado una nueva situación de sequía en la parte española de la Demarcación Hidrográfica del Duero.

Esta situación ha tenido como consecuencia el establecimiento de un conjunto de medidas (control del riego, uso de pozos de sequía, medidas fiscales para aliviar las pérdidas en el sector agrario, etc.) e incluso de restricciones por la falta de agua. Por ejemplo, en algunos pueblos de Sevilla se han practicado cortes del suministro durante la noche por la bajada del nivel de los pozos de agua subterránea de los que se abastecen. Y el Ayuntamiento de Tábara (Zamora) ha cortado el agua de las fuentes públicas para salvar el consumo en los domicilios de la localidad.

Incluso la Confederación Hidrográfica del Guadiana se prepara para un año hidrológico “duro”, en el que se prevé regar lo mínimo, ya que si no llueve lo suficiente en otoño el destino del agua será abastecimiento humano, caudales ecológicos y cultivos permanentes.

Las luchas cuando escasea el agua

El Memorándum firmado en el año 2.013 entre Medio Ambiente y las comunidades autónomas implicadas no ha servido para alcanzar la paz en la declarada guerra del agua entre el Levante peninsular y Castilla-La Mancha. Según Llamas, R. y Fernández, M.F. el debate español de los trasvases está profundamente viciado por la política. Sólo un ejemplo, el trasvase más importante de España es el Tajo-Segura con un volumen medio anual de unos 300 hm3. El segundo trasvase es el del río Ter a Barcelona, con un volumen medio anual del orden de 200 hm3. Pues bien sobre el Trasvase Tajo-Segura hay torrentes de tinta escritos a favor o en contra, sobre el Trasvase del Ter a Barcelona apenas hay nada escrito. La explicación es sencilla. El primero afecta a varias Comunidades Autónomas. El segundo se resuelve todo dentro de Cataluña.

Pero las peleas por el agua no sólo se dan entre Castilla-La Mancha y el Levante por el Trasvase Tajo-Segura. Por ejemplo, los regantes de Valladolid (bajo Duero) critican a los de Soria (alto Duero) por negarse a cederles agua, estando afectadas unas 5.000 hectáreas de cultivos de regadío. En este caso concreto, la Comisión Permanente de la Sequía en la cuenca del Duero acordó dar por concluida la campaña de riego en los sistemas Carrión y Pisuerga-Bajo Duero ante la imposibilidad de facilitar más dotaciones de agua a las comunidades, con el fin de preservar las reservas de final del año hidrológico en los embalses que regulan ambos sistemas.

O por ejemplo, Cantabria presiona al Ministerio de Medio Ambiente para no tener que devolver el agua del bitrasvase, es decir, el Gobierno de Cantabria vinculará su apoyo al Pacto Nacional del Agua propuesto por el Estado a que se exima a la región de retornar el recurso hídrico que capta del Ebro, y que consiste en 26 hm3 que cada año refuerzan el suministro a Santander a través del mencionado bitrasvase. ¿Algún día el bitrasvase del Ebro se convertirá en trasvase y Cantabria no tendrá que devolver el agua que consume en verano?

¿Es el momento para plantear un Pacto Nacional del Agua?

El Plan Hidrológico Nacional sufrió un parón en el año 2.004 como consecuencia de la derogación del trasvase del Ebro, por parte del Gobierno socialista, y desde entonces ningún Ejecutivo se ha atrevido a abordar un pacto del agua a nivel nacional.

En la actualidad el MAPAMA está manteniendo conversaciones con las comunidades autónomas para que presenten propuestas con la finalidad de alcanzar un consenso nacional sobre el agua. De manera que llevamos unos meses con el concepto recurrente del Pacto Nacional del Agua que intenta abordar los déficits en algunas cuencas hidrográficas (Duero, Tajo, Júcar, Segura,…), los problemas medio ambientales existentes (Mar Menor, Delta del Ebro, Doñana,…), los Planes de Gestión del Riego de Inundaciones (PGRI) y la gobernanza del agua.

Algunos medios de comunicación aventuran que seguir sin Pacto Nacional del Agua es una temeridad. Yo opino que la temeridad consiste en acordarse de Santa Bárbara cuando truena, es decir, en pleno escenario de sequía, con los grupos de presión comportándose con los nervios a flor de piel.

Las sequías son (y serán) fenómenos naturales recurrentes; de hecho se espera que con el cambio climático se presenten con más frecuencia y con mayor intensidad, agravando la situación de escasez de recursos hídricos en nuestro territorio.

Pero las sequías se deben abordar con planificación y no con improvisación para amansar a ciertos grupos de presión que exigen medidas inmediatas (Real Decreto Ley 10/2017 por el que se adoptan medidas urgentes para paliar los efectos producidos por la sequía en determinadas cuencas hidrográficas,…). La experiencia confirma que esto es pan para hoy y hambre para mañana.

Desde hace tiempo se tiene conocimiento de que el problema del agua en España no es un problema de escasez de agua, sino que es un problema de mala gestión y de falsas promesas. La solución a este problema no se debe condicionar a los dichosos cuatro años de legislatura, sino que se debe plantear en el medio y largo plazo, por un equipo técnico multidisciplinar que trabaje con independencia del color político que se encuentre vigente y con rigor científico.

En algunas ocasiones he escuchado a expertos decir que en España tenemos muchos embalses (más de 1.300 grandes presas) pero poca capacidad de almacenamiento (56.000 hm3). Los recursos hídricos disponibles se estiman en unos 95.000 hm3, según los Planes Hidrológicos de las Demarcaciones Hidrográficas de 2.013, que tienen en consideración la reducción de recursos hídricos por cambio climático.

Pero poco o mucho depende de las necesidades hídricas que se planteen, y estas no pueden ser ilimitadas, especialmente en la agricultura, que consume aproximadamente el 80 % del total de la demanda de agua.

Habría que encontrar respuestas convincentes a la siguiente pregunta ¿Por qué no se alcanza un pacto de Estado en un tema prioritario como es la planificación hidrológica? Y plantearse, una vez definido perfectamente el concepto de interés general y consensuado con todas las comunidades autónomas ¿Qué estrategia nacional le conviene a España en materia hídrica, teniendo como referencia el interés general? O por el contrario ¿Es una utopía llegar a una gestión eficiente y ambientalmente responsable del agua y acabar con los enfrentamientos entre las comunidades autónomas en España?

Mientras tanto, el debate está servido, y esperemos que en ese posible Pacto Nacional del Agua se llegue a algún acuerdo para el interés general, además de las clásicas coincidencias de las formaciones políticas de que el agua es clave para el desarrollo de la economía, para el desarrollo del territorio y para la conservación del medio ambiente.

El papel del agua desalada en este escenario de sequía

En el año 2006 un experto californiano sostenía que el agua de las desaladoras no se emplearía para la agricultura por su alto precio. Sin embargo, en estos momentos las desaladoras españolas están funcionando y proporcionando agua para los cultivos agrícolas en el sureste de España.

Los regantes del Bajo Andarax han plantado sus fincas e invernaderos este verano (2.017) gracias al agua desalada, recurso procedente de la planta desaladora de la capital (Almería). Se ha conseguido resolver un problema que ha afectado a más de 2.000 agricultores que se abastecen a través de esa comunidad de regantes, permitiendo poner en explotación unas 3.000 hectáreas que se cultivan en esta zona. La distribución de esas aguas estará dotada de carácter legal durante al menos un año, prorrogable a dos, ya que es el tiempo máximo de concesión de las aguas desaladas. Existe un compromiso de proceder a la cesión definitiva del uso de las aguas depuradas de la capital y los pueblos del Bajo Andarax conectados a la depuradora de Almería, una vez que se disponga de un tratamiento adecuado en dicha EDAR, de manera que las aguas puedan ser reutilizadas para el regadío.

En la Demarcación Hidrográfica del Segura se ha incrementado la producción de agua procedente de la desaladora de Torrevieja para cubrir las necesidades provocadas por la escasez de agua. Y en 2.016 se autorizó una obra de emergencia que, con un presupuesto de 5 millones de euros, permitió optimizar la distribución de la desaladora de Valdelentisco, conectándola con el embalse de la rambla de Algeciras. De hecho, las desaladoras situadas en la Demarcación Hidrográfica del Segura han alcanzado una producción récord en 2.017, con una producción de la planta de Valdelentisco de 21 hm3, 29,5 hm3 por parte de la de Águilas y 25,2 hm3 de agua desalada producida por la de Torrevieja.

No podían faltar los pozos para extraer las aguas subterráneas

En Vilafranca (Castellón) se subsanará el abastecimiento de agua con un pozo valorado en un millón de euros, perforado a más de mil metros de profundidad y promovido por la Generalitat y la Diputación para evitar el uso de camiones cisterna durante el verano.

En Oviedo el embalse de Afilorios se encuentra a la mitad de su capacidad, de manera que el Ayuntamiento ha aplicado algunas medidas (reducción del baldeo de calles y del riego de jardines, consumo responsable del agua potable,…) y además la ciudad se abastece ahora con el agua procedente de cuatro pozos subterráneos del río Nalón, medida que se suele aplicar en épocas de especial escasez, como la que tenemos en este verano de 2.017.

La Confederación Hidrográfica del Segura (CHS, MAPAMA) está poniendo en marcha 15 sondeos que constituyen la batería estratégica de la Vega Media (Región de Murcia), que aportarán un total de 8,7 hm3 de agua al año, tras una inversión estatal de 1,5 millones de euros. El caudal está destinado a los regantes afectados por la sequía y a mantener el caudal ecológico del Segura. Estas extracciones se enmarcan en el Real Decreto de sequía en vigor en la cuenca del Segura, que contempla medidas extraordinarias para la obtención de recursos que garanticen el abastecimiento y el mantenimiento de la actividad socioeconómica de la cuenca. En los últimos meses también se han abierto los pozos del Sinclinal de Calasparra que permiten extraer un volumen total de 30,9 hm3 de agua al año.

La pregunta sobre la que tenemos que reflexionar es ¿Los recientes decretos sobre pozos de sequía del MAPAMA publicados recientemente constituyen una “autorización” para continuar la sobreexplotación de acuíferos en España?

El camión cisterna todavía persiste en el siglo XXI

Durante este verano de 2.017 los camiones cisterna están permitiendo suministrar agua potable a numerosas localidades del país que, con la sequía, vuelven a tener problemas de abastecimiento. Y es que, además de los clásicos Levante y Sur de España la situación está siendo también especialmente complicada en Navarra (cuenca del Ebro), Castilla-La Mancha (cabecera del Tajo), Castilla y León (cuenca del Duero) y Asturias.

Por ejemplo, la Diputación de Guadalajara apela al “uso responsable” del agua en pueblos a los que se suministra con camiones cisterna. Hay que tener en cuenta que cada cisterna cuesta unos 500 euros.

Sin embargo, algún que otro periódico de tirada nacional critica que se trata de una escena que no resulta de recibo en un país que se muestra incapaz de ordenar sus recursos hídricos de tal manera que puedan atender las necesidades de todas las regiones.