Renovación y mantenimiento de infraestructuras hidráulicas en medio urbano

Colector pluviales Aldaia Valencia

Fotografía 1. Colector de pluviales de 2.000 mm de diámetro que vierte sus aguas al barranco de la Saleta en Aldaia (Valencia).

INTRODUCCION

España cuenta con más de 155.000 km de redes de distribución para abastecimiento y más de 140.000 km de redes de alcantarillado, cientos de estaciones de tratamiento de agua potable y de depuración de aguas residuales, desaladoras, estaciones de bombeo y más de 1.200 grandes presas. Estas infraestructuras permiten abastecer más de 4.000 hm3 de agua al año para uso urbano.

Dichas infraestructuras envejecen por falta de inversión en su renovación y mantenimiento; este hecho se ha agravado por la crisis económica que se inició hace más de ocho años. El capítulo de inversiones reales en los programas de gestión, infraestructuras y calidad del agua de los Presupuestos Generales del Estado ha pasado de 4.300 M€ en 2008 a 1.500 M€ en 2012. Y algo similar ha sucedido con las inversiones en las comunidades autónomas y entidades locales.

En España los sistemas de abastecimiento y saneamiento son competencia y responsabilidad de los ayuntamientos. Pero ¿estos sistemas se están gestionando correctamente? ¿Se dispone de medios y de personal especializado para realizar esta gestión? ¿El servicio mejora cuando la gestión se delega en un tercero? ¿Los servicios subcontratados se controlan de manera eficaz por parte de la administración?

Cortar el agua cuando llega una sequía, tener redes de abastecimiento con rendimientos bajos,… no debería ser propio de un país desarrollado en el que el agua es un bien escaso. Pero en España ocurre, aunque a los políticos no les agrade escucharlo, y menos aún reconocerlo.

En este post se describen las consecuencias de la falta de inversión y de una gestión inadecuada en el mantenimiento y renovación de las infraestructuras hidráulicas, se destaca la importancia y la necesidad de recuperar los costes para amortizar las redes de abastecimiento y saneamiento, se realiza un diagnóstico de la situación actual de estas redes y se proponen unas medidas para hacer sostenible el mantenimiento y la renovación de las mismas.

CONSECUENCIAS DE LA FALTA DE INVERSION Y DE UNA GESTION INADECUADA

La falta de inversión en infraestructuras hidráulicas es un problema que se viene arrastrando desde hace tiempo y que se ha agravado en los últimos años, así como la gestión inadecuada de estos sistemas. En las redes de abastecimiento se puede hablar de:

1) La dificultad para elaborar un diagnóstico de la situación real.

La falta de control por parte de la administración, a través de un organismo regulador, tiene como consecuencia la ausencia de datos reales. Cada gestor conoce bien los números que le interesan pero, como existe competencia entre ellos, guardan estas cifras. Esto dificulta tener una visión real del estado de las redes de abastecimiento en España. Se suelen emplear las encuestas del Instituto Nacional de Estadística (INE).

2) Las pérdidas de agua.

Durante las últimas décadas, la administración (ayuntamientos,…) ha prestado poca atención a mejorar el rendimiento de las redes de abastecimiento urbano. Las tuberías antiguas sin un control de las fugas originan rendimientos bajos en las redes de abastecimiento. Y las pérdidas de agua se traducen en pérdidas económicas.

En España, el rendimiento, entendido como el cociente entre el agua entregada al usuario y el agua que ingresa en el sistema, óptimo medio de las redes puede estar en torno al 65%. En Francia a finales de los noventa, el rendimiento óptimo de sus redes se estimaba en un 80% (Villesot, 1997). En Alemania se estiman rendimientos superiores al 90%. En EEUU se estima un rendimiento aceptable a partir del 90 %.

Y las redes deficientes pueden originar en épocas de escasez de recurso hídrico problemas de cantidad (cortes de agua,…) y problemas de calidad debido a intrusiones de agentes patógenos por la zona de rotura debido a retornos de agua fugada con arrastres.

Perder agua es sinónimo de perder dinero

Figura 1. Ilustración de fugas en una tubería de abastecimiento enterrada.

3) La insuficiente capacidad de las redes.

El crecimiento de las ciudades no ha sido acompañado por la ampliación de la capacidad de transporte de las redes. De hecho, los diámetros de las tuberías no siguen el crecimiento de la población a la que abastecen. Esta limitación se suele compensar con aljibes (depósitos) en abundantes municipios de España, sobre todo en los turísticos costeros.

Además durante la expansión urbanística de los últimos años no se exigió a los promotores de las nuevas urbanizaciones asumir los costes de ampliación de las infraestructuras ubicadas aguas arriba de su punto de conexión.

4) Los cortes de agua.

En nuestro país, al inicio de la década de los noventa más de diez millones de habitantes sufrieron cortes de agua diarios, a lo largo de un periodo de cinco años.

Los cortes de agua suelen enmascarar una mala gestión del agua y una red de abastecimiento deficiente con importantes pérdidas por fugas.

5) El traslado del problema a las siguientes generaciones.

Los costes de ampliación, renovación y amortización de las infraestructuras hidráulicas, no asumidos en su día, se acabarán pasando a las siguientes generaciones.

En el caso de las redes de saneamiento, la consecuencia directa de la falta de inversión y de gestión es el escaso mantenimiento, que da lugar a que las redes de saneamiento estén degradadas en su mayoría, por lo que en un futuro se tendrán que acometer actuaciones para renovarlas.

Cada vez son mayores las exigencias de la política europea respecto al control y reducción de vertidos de los sistemas de saneamiento en épocas de lluvia, que requerirán de nuevas infraestructuras y dispositivos de control que necesitarán financiación.

Según datos del MAGRAMA, en la actualidad se depura el 80 por ciento del agua residual que producen los núcleos de población españoles y sus industrias. El 20 por ciento restante es un reto que tenemos pendiente.

RECUPERAR COSTES PARA MANTENER Y RENOVAR PATRIMONIO

Hasta la fecha, en España, una parte importante de las infraestructuras hidráulicas se ha sufragado con fondos europeos, pero ¿Cómo se va a hacer a partir de ahora? ¿Ha llegado el momento de que las renovaciones de estas infraestructuras se cubran con el coste de la tarifa? Y es que el principio de recuperación de costes de la Directiva Marco del Agua (DMA) del año 2.000 supone para el usuario que el mantenimiento y la renovación de infraestructuras se cubran con el coste de la tarifa.

Y es que los fondos europeos han permitido financiar durante las últimas décadas grandes infraestructuras hidráulicas (desaladoras, alcantarillado,…) pero estos fondos se están acabando. Escenario agravado con ayuntamientos y otras administraciones endeudadas. Así que, ahora llega el tiempo de aplicar el principio de recuperación de costes de la citada DMA.

¿Qué estrategia se seguirá para implantar progresivamente el principio de recuperación de costes?

Lo que sí que constituye un hecho es que los países europeos que recuperan los costes (Alemania, Dinamarca, Reino Unido, Francia,…) tienen mayores rendimientos en sus redes de abastecimiento.

LA RED DE ABASTECIMIENTO Y SU RENOVACION

A partir de la década de los años 60 tuvieron lugar en nuestro país grandes desarrollos urbanos. Y 50 años de antigüedad es un valor de referencia que se suele utilizar para plantearse sustituir una tubería de abastecimiento. Por lo tanto, en España hay muchos kilómetros de tuberías que superan esta edad, por lo que renovar las redes de abastecimiento precisaría de inversiones importantes.

El reto de la renovación de las infraestructuras en España es cada vez mayor, ya que se une la falta de recursos, debido a la crisis económica, con el envejecimiento de las infraestructuras.

La IWA (International Water Association) creó un grupo estratégico para concienciar y promover la gestión patrimonial de las infraestructuras hidráulicas urbanas. Para dar cumplimiento al objetivo de desarrollo sostenible y garantizar el suministro de agua potable a la población, la gestión de activos es clave. Se entiende la gestión de activos como el equilibrio entre prestaciones, coste y riesgo.

La renovación de infraestructuras se puede planear a nivel anual.

– Se evalúa el estado de las infraestructuras,

– Se concreta y justifica las inversiones,

– Se planifican las inversiones.

Se suelen emplear indicadores para evaluar las redes, teniendo en cuenta el material, la antigüedad, la calidad del servicio, la obsolescencia, el estado, el número de rehabilitaciones, etc. Se definen unos límites o tolerancias para los diferentes elementos de la red, de manera que en el momento en que se superen el servicio no es sostenible y el elemento en cuestión debe ser sustituido. Se puede llegar a obtener el riesgo asociado a cada instalación por lo que se tiene la posibilidad de crear mapas de riesgo. A partir de esta información se puede plantear un Plan Director de Inversiones.

La construcción y reposición de las conducciones es responsabilidad del ayuntamiento. Los pliegos de contratación deberían incluir estas cláusulas. Los ayuntamientos deben plantearse realizar inversiones en renovación de las infraestructuras, a pesar de que los presupuestos sean limitados y las obras de renovación poco atractivas, frente a la obra nueva.

La tendencia deseable es hacia una renovación sistemática de infraestructuras a través de fondos obtenidos a nivel tarifario, orientados a mejorar la calidad de la red. La recaudación debe estar vinculada a la obligación de renovar, de manera que los pliegos contractuales especifiquen con claridad la cantidad anual de financiación destinada al porcentaje de la red que se pretende renovar.

LA RED DE SANEAMIENTO TAMBIEN NECESITA INVERSION PARA RENOVARSE

Los sistemas de saneamiento de la mayoría de los municipios españoles fueron construidos hace más de 30 años, a partir de subvenciones autonómicas, estatales y europeas. Los ayuntamientos han gestionado estas infraestructuras superficialmente, sin atender adecuadamente a las necesidades de mantenimiento de las mismas y sin repercutir todos los costes en las tarifas. Se destinan pocos recursos económicos y poco personal técnico para mantener la red de alcantarillado, hecho que aumenta conforme el municipio es menor.

Con la crisis económica también se han reducido las inversiones en mantenimiento y renovación de las infraestructuras de saneamiento. Por lo tanto, esta infraestructura también se ve amenazada por la obsolescencia.

La Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS) ha realizado un diagnóstico de la situación y ha detectado un envejecimiento general y progresivo de la red de alcantarillado, especialmente en las áreas metropolitanas y en las ciudades de entre 50.000 y 100.000 habitantes.

La gestión de un alcantarillado incluye planificación, seguimiento, mantenimiento, control de los vertidos a la red y reparación. El mantenimiento y el control de los vertidos a la red suelen constituir el talón de Aquiles de las redes, ya que al requerir especialización técnica y de medios para llevarlas a cabo, se desarrollan en menor grado.

Estado red alcantarillado municipios España

Gráfico  1. Antigüedad de la red de alcantarillado en municipios españoles según AEAS.

MEDIDAS PARA UNA GESTION SOSTENIBLE DE LAS INFRAESTRUCTURAS

A continuación se desarrollan algunas medidas orientadas a realizar una gestión sostenible de las infraestructuras hidráulicas.

1) Disponer de una normativa estatal para regular la gestión de las infraestructuras hidráulicas en los municipios, tanto si la gestión es pública, privada o mixta y que defina unos pliegos de bases con un denominador común en todo el territorio nacional.

La normativa debe establecer los estándares de calidad con que debe prestarse el servicio, por ejemplo, criterios que indiquen cuando una tubería es insuficiente y debe cambiarse, que se establezca cuál es el nivel de pérdidas admisible en la red de abastecimiento y cómo medirlas, etc.

2) Contar con un organismo regulador y coordinador que controle la disponibilidad del recurso hídrico y la demanda del mismo, que establezca el régimen tarifario, que fomente la transparencia, que favorezca la participación ciudadana, etc. con la finalidad de llegar a una gestión integral y sin desequilibrios y a una modernización de los abastecimientos y de los alcantarillados en los municipios, en colaboración y en coordinación con los ayuntamientos.

3) Implantar una política de precios adecuada. En el recibo se debe incluir, además de los costes de operación y mantenimiento (mano de obra, energía,…) los costes de amortización completa de las infraestructuras necesarias para asegurar un servicio de calidad en el futuro. Es decir, las tarifas deben incluir la amortización de las tuberías cuando sus prestaciones sean insuficientes, con el fin de reponerlas. Además este precio favorecerá el ahorro de agua y la eficiencia.

El precio de un servicio de agua dependerá entre otros factores del nivel de servicio. Y el nivel de servicio deberá responder a las expectativas de los usuarios.

Según Cabrera Marcet, E. (2006) el coste de reposición planificada de las redes de abastecimiento en España, en un número de años razonable (25 años), tendría poca importancia económica para el bolsillo de los abonados, de manera que el importe de las inversiones necesarias para renovar las infraestructuras puede ser perfectamente asumido por la economía de los ciudadanos de este país, lo que evidencia una falta de voluntad política de trasladar los costes de renovación del sistema al consumidor.

4) Establecer un sistema de control que vigile que el destino de los ingresos adicionales consecuencia de la subida de tarifas sea la renovación de las infraestructuras.

5) Diagnosticar el estado de los sistemas dotando a las redes de la instrumentación necesaria para realizar el seguimiento de los consumos, las pérdidas,… disponiendo del historial de consumos de todos los abonados y de una base de datos actualizada donde figure el número de personas que habitan en cada vivienda (censo poblacional).

6) Gestionar la demanda y disponer de redes eficientes que minimicen las pérdidas. Con estas estrategias se va a mejorar la garantía de suministro.

La preocupación del político municipal responsable del servicio, en el corto plazo, es que el agua llegue al grifo del abonado en las mejores condiciones y al menor coste posible. El político querrá actuar sobre la oferta (buscar fuentes de suministro alternativas,…) y no sobre la demanda. Para gestionar la demanda hace falta una red de abastecimiento eficiente (con pérdidas tolerables) y con capacidad para modificar los consumos.

7) Educar a la ciudadanía. Concienciar al usuario del valor del agua. El ahorro en el consumo se puede hacer realidad de forma preventiva, antes de llegar a situaciones de sequía.

8) Reconocer y premiar, en términos objetivos, a los municipios que gestionan bien sus recursos hídricos.

A diferencia de otros países como EE.UU., Australia, etc., en España no se han planteado estos temas de manera institucional, pero tarde o temprano habrá que plantearlos.

CONCLUSIONES

Para aumentar la eficiencia en los servicios de abastecimiento y saneamiento es necesario un aumento de inversión tanto en mantenimiento, como en la renovación y mejora de las infraestructuras existentes. Y actualmente las tarifas de abastecimiento y saneamiento en España no cubren todos los costes.

Las consecuencias derivadas de la falta de inversión y de una gestión inadecuada de las infraestructuras hidráulicas son graves. El mantenimiento y la renovación planificada de las infraestructuras es más cuestión de cultura y de voluntad política que de costes inabordables.

Según la DMA la financiación tendrá que venir a través de las tarifas, con el objetivo de que la recuperación de costes de los servicios de agua urbana sea completa. Es necesario concienciar a la ciudadanía que la gestión de las infraestructuras hidráulicas y su mantenimiento deben ser constantes y que tienen un coste que ha de ser sufragado vía tarifaria.

El aumento del precio del agua debe acompañarse de un mecanismo de control que garantice que los ingresos adicionales se invierten en la mejora y renovación de los servicios. Una solución consiste en la creación de un organismo regulador a nivel estatal.

Es necesario que la Administración, además de promover obras, promueva la gestión y el mantenimiento de las infraestructuras existentes.

Las administraciones deberán gestionar adecuadamente las infraestructuras hidráulicas para reducir su deterioro y amortizarlas, con la finalidad de liberar a las generaciones futuras de un esfuerzo económico que no les corresponde.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

1) Cabrera, E. 2007. El suministro de agua urbano en España. Fundación Nueva Cultura del Agua. Panel científico-técnico de seguimiento de la política de aguas.

2) Atarés, M. L. 2016. La red de alcantarillado exige inversión para renovarse. Revista agua y medio ambiente, el Economista, Nº 25.