SEQUÍAS, DIRECTIVA, PLANIFICACIÓN Y GESTIÓN

Nacimiento río Segura Pontones (Jaén)

Figura 1. Nacimiento del Río Segura en Pontones (Jaén)

1. INTRODUCCIÓN

España se caracteriza por presentar una irregularidad en el régimen hidrológico más acusada que otros países europeos y suele ser necesaria la intervención pública para afrontar las consecuencias de esta situación.

Por otra parte, en nuestro país existen cuencas hidrográficas con infraestructuras hidráulicas, grandes superficies de riego y clima adecuado, pero que no tienen suficientes recursos hídricos.

La sequía constituye un problema estructural y recurrente en España que se manifiesta con cortes de agua en poblaciones, problemas con el regadío, una mayor degradación de los ecosistemas acuáticos, etc.

En este post se describe la evolución de las sequías en España y en algunos países europeos, lo que dice la Directiva Marco del Agua en relación a estas situaciones, la necesidad de una Directiva Europea de Sequías, la importancia de la planificación hidrológica y la preparación anticipada ante estas situaciones de escasez del recurso hídrico y la importancia de crear un organismo con capacidad para gestionar las sequías a nivel de todo el territorio español, en coordinación con los organismos de cuenca existentes.

Contenidos sequías España Europa Directiva Planificación Gestión

Figura 2. Esquema de los contenidos principales del post

2. LAS SEQUÍAS EN ESPAÑA

En la publicación referenciada en [1] Álvarez Rodríguez, J. et al. (2008) realizan un análisis de eventos de sequía acaecidos en España reflejados, por un lado, en una serie de estudios y documentación histórica realizada por especialistas (crónicas de rogativas, análisis de datos físicos y biológicos de suelos, vegetación, pólenes,…). Y por otro lado, se han aplicado herramientas estadísticas a las series de lluvias anuales de las regiones en España durante el periodo que parte desde 1940 hasta la actualidad.

El gráfico siguiente muestra el número de años con eventos intensos de sequía, por década, durante los siglos XVIII y XIX en alguna región de España.

Gráfico años con eventos de sequía por década

Gráfico 1. Número de años con eventos intensos de sequía, por década, durante los siglos XVIII y XIX en España

Se pueden destacar una serie de secuencias secas generalizadas en prácticamente toda la Península, con una alta frecuencia en las rogativas, y que son: 1748-1755, 1779-1784, 1800-1816, 1840-1850, 1861-1880.

Font Tullot (1988) destacaba por su duración y extensión en España el episodio de sequía 1749-1753, con fuerte intensidad durante el año 1752 en la submeseta norte, con importantes impactos en el sistema hidrológico (secado del río Tormes y de pozos y fuentes) y la agricultura.

En la publicación referenciada en [2] Témez (2007) sitúa los mínimos anuales de diversas series históricas de estaciones pluviométricas, tal y como se muestra en el gráfico siguiente:

Gráfico lluvias mínimas anuales

Gráfico 2. Lluvias mínimas anuales registradas en diversas estaciones pluviométricas

Obsérvese cómo en Murcia tan sólo se registraron 92 mm a lo largo de todo el año 1945.

La ocurrencia de sequías en España desde comienzos del siglo XX ha sido más frecuente durante la década de los años 40 y los años comprendidos entre 1980 y la actualidad. La década de los 80 sufre una serie de sequías intercaladas con eventos de signo opuesto e incluso catastrófico, como las crecidas en Levante de 1982. Estas sequías se extienden a la mayor parte de España.

Posteriormente el evento seco más importante abarca la primera mitad de los años 90 y se extiende a prácticamente toda la Península Ibérica, con intensidades muy secas durante el año hidrológico 1994/95.

3. LAS SEQUÍAS EN EUROPA

El periodo de 1773-1774 se caracterizó por una gran sequía que hizo descender el caudal de los ríos, hasta el punto de que el Danubio se llegó a poder cruzar a pie.

Vermes, L. (1998) en la publicación referenciada en [3] realiza una descripción detallada de la frecuencia de las sequías en determinados países de Europa. A continuación se recogen algunos datos significativos.

En Hungría, en el valle del río Tisza, hubo cuatro años extremadamente secos en el período 1891-1990, que fueron 1904, 1935, 1952 y 1990. En este valle, 30 de cada cien años resultaron ser claramente secos, y produjeron sequías intensas.

Por lo que respecta a la tendencia para el futuro, el análisis de los datos climáticos observados en una serie larga de años, en Hungría, demuestra que las precipitaciones y el contenido medio de humedad del suelo tienden a disminuir de forma significativa.

También se ha observado un descenso en las series de la relación entre valores anuales de precipitación (entradas) y evapotranspiración potencial (salidas); de acuerdo con cuya relación el territorio húngaro podría ser clasificado como país afectado por la sequía.

En Rumanía, una zona que antes se caracterizaba por ser húmeda, ahora tiene periodos en los que las condiciones climáticas son casi de aridez y el riego se hace indispensable.

En Yugoslavia, los datos del intervalo 1924-1996 reflejan que durante estos años, en la zona oriental (estación meteorológica de Zajecar), se produjeron 10 períodos secos de tres años cada uno. Y la sequía es especialmente perjudicial para la agricultura cuando se produce en series de tres años o más. Algunos años (1928, 1951, 1990, 1992) la sequía, no sólo fue muy perjudicial para determinados cultivos, sino que convirtió en árida gran parte de la llanura Panónica.

En Croacia, Sostaric et al. (1997) también llegaron a la conclusión de que, después de 1981, los años de sequía han sido más frecuentes, y también que, durante los meses de crecimiento vegetativo, las lluvias se han reducido.

Algunas investigaciones detalladas muestran también una situación de empeoramiento en la mayoría de los países de Europa central y del este.

4. LAS SEQUÍAS EN LA DIRECTIVA MARCO DEL AGUA

La Directiva Marco del Agua (2000/60/CE) establece un marco para la protección de las aguas orientado a paliar los efectos de las sequías e inundaciones y garantizar el suministro suficiente de agua en buen estado, reduciendo la contaminación existente.

Aunque los efectos de las sequías sobre las masas de agua pueden quedar fuera del régimen sancionador de la Directiva cuando el deterioro temporal de dichas masas se deba a causas naturales o de fuerza mayor, que sean excepcionales o que no hayan podido preverse razonablemente, en particular sequías prolongadas. También se establece que el estado miembro podrá determinar que no es factible adoptar medidas adicionales en situación de sequía.

La Directiva establece la necesidad de registrar las zonas protegidas incluyendo las que sirven para la captación de agua destinada al consumo humano, ya que son de interés en planes de emergencia frente a sequías.

Pero para que Europa implemente un giro sustancial en el enfoque tradicional de las sequías es necesaria una Directiva Europea de Sequías, ya que existen varios países, entre ellos España, donde alternan los periodos de sequía y los periodos de inundaciones, y de hecho, ya existe una Directiva Europea de Inundaciones, pero ¿Por qué no existe una Directiva de Sequías?, posiblemente porque los países con mayor peso específico en Europa no sufren escasez de agua. Sin embargo, los países del sur y del este, sí que sufren graves daños por sequías.

Esta Directiva de Sequías podría ser un ejemplo de cooperación internacional, y podría elaborar un mapa europeo de sensibilidad frente a las sequías y una estrategia común para atenuar sus efectos perjudiciales.

Tarde o temprano se tendrá que abordar la siguiente cuestión ¿Los países del norte de Europa sufrirán fuertes sequías a causa de la elevación de las temperaturas del planeta debido al cambio climático?

5. SEQUÍAS Y PLANIFICACIÓN HIDROLÓGICA

En España tenemos sistemas de recursos hídricos que se gestionan al límite, y que acaban siendo más vulnerables ante las situaciones de sequía. Por lo que es necesario planificar éstas situaciones con suficiente antelación.

Se trata de definir un programa de atenuación de los impactos de la sequía a largo plazo para reducir la vulnerabilidad frente a la sequía, y esto se ha de hacer de forma coordinada con la planificación hidrológica a escala nacional.

Es importante tener presente que cuando, en los escenarios empleados en planificación hidrológica, las demandas son superiores a los recursos propios y/o externos con los que cuenta una cuenca, el agravamiento de los efectos de la sequía está asegurado. Varias cuencas hidrográficas de nuestro país presentan este problema.

La determinación y la implantación de los caudales ecológicos es algo pendiente de resolver. Los resultados obtenidos con las metodologías recomendadas y aplicadas muestran gran variabilidad, con valores que difieren en órdenes de magnitud. Falta consenso científico y técnico para decantarse por unos valores u otros. La normativa española somete su elección a un proceso de concertación. En este campo hemos de seguir avanzando y también en la implantación de dichos caudales, su seguimiento y su cumplimiento.

También es necesaria una adecuada planificación y gestión del uso de la tierra para agricultura, en congruencia con la planificación hidrológica.

6. NECESIDAD DE UN ORGANISMO ESTATAL QUE COORDINE LAS SEQUÍAS

En España hace falta un ente regulador del agua con criterio independiente, con perspectiva de conjunto, que vele por el interes general, al margen de intereses políticos particulares y territoriales, con capacidad para gestionar las sequías, anticiparse a las mismas (indicadores,…) y proponer las medidas de gestión más adecuadas en función del tipo de sequía que se padece, en coordinación con los organismos de cuenca y con la planificación hidrológica a nivel estatal.

Este organismo también se podría encargar de:

1) Promover la participación de los usuarios,

2) Hacer de mediador en la resolución de los conflictos que surgen por el uso del agua en periodos de sequía,

3) Aprender y sacar conclusiones de experiencias de sequías anteriores,

4) Informar y concienciar a la sociedad sobre la escasez del recurso hídrico,

5) Estudiar la disposición de la sociedad a pagar más por unos suministros de agua más seguros y proponer incentivos económicos para favorecer el ahorro de agua,

6) Establecer una estrategia nacional para la sequía mediante una labor multidisciplinar entre los diferentes especialistas,

7) Aclarar la legislación estatal en relación con la venta de agua, con los cambios de derechos de agua, las concesiones de uso del agua,… en períodos de escasez de agua,

8) Establecer qué tolerancia tenemos en España a los daños por sequía, es decir, a asumir conscientemente algunos riesgos, limitaciones y pérdidas económicas,

9) Proponer sistemas de uso flexibles, con capacidad de adaptación a los recursos existentes.

Y un largo etc.

7. CONCLUSIONES

A lo largo de la historia se han registrado episodios graves de sequía, antes y después del cambio climático, en España y en otros países europeos. En la mayoría de los países de Europa las sequías tienen lugar periódicamente, siendo más frecuentes en los países del sur, centro y este.

La situación se ha ido agravando al presentarse tales fenómenos con más frecuencia, intensidad y duración, habiendo causado también las últimas sequías grandes daños en países europeos.

Europa debería dar un giro sustancial al enfoque tradicional de las sequías mediante una Directiva Europea de Sequías. Esta Directiva podría ser un ejemplo de cooperación internacional, elaborando un mapa europeo de sensibilidad frente a las sequías y una estrategia común para atenuar sus efectos perjudiciales.

En España hemos de seguir trabajando en la convergencia entre sequías y planificación hidrológica a nivel estatal en cuanto a adecuación de las demandas a las aportaciones y existencias en épocas de sequía, cumplimiento de caudales ecológicos y mantenimiento de unas superficies de regadío sostenibles.

En nuestro país se necesitaría un organismo de carácter estatal con capacidad para establecer las medidas de gestión más adecuadas en función del tipo de sequía que se padece, en coordinación con los organismos de cuenca y con la planificación hidrológica a nivel estatal.

8. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

[1] Álvarez Rodríguez, J. et al. 2008. Evolución histórica de sequías en España. Revista de Obras Públicas/Marzo 2008/Nº 3486.

[2] Témez Peláez, J. R. 2007. Sequías en la Península Ibérica: records históricos y leyes de frecuencia. Revista de Ingeniería Civil 145/2007.

[3] Vermes, L. 1998. Directrices para la gestión del agua. Cómo elaborar una estrategia para mitigar los efectos de las sequías. Una Guía de la Comisión Internacional de Riegos y Drenajes (ICID). Grupo de Trabajo Regional Europeo (ERWG).